Así le ha cambiado la vida a Inesita en un par de meses, aquí en la calle, en la puerta de mi oficina cuando apareció merodeando, esquelética y con las tetas llenas de leche:
Aquí conmigo en la casita donde la teniamos acogida, poco antes de irse a MRW rumbo a Cuenca:
En Francia:
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